Hoy en día, basta con abrir cualquier red social para enfrentarte a una avalancha de frases sobre branding: «Construye tu marca en 5 pasos», «El logo perfecto es la clave», «Yo te enseño cómo ser una marca irresistible en 24 horas», «Tres tips para construir una marca exitosa». Suena tentador, ¿verdad? Especialmente para quienes buscan soluciones rápidas, esas “pastillas mágicas” que prometen resultados sin esfuerzo.
Pero aquí está la pregunta incómoda: ¿cuántos de estos “expertos” o “gurús del branding” entienden realmente de qué están hablando?
El ruido de las redes y las fórmulas vacías.
Vivimos en una época donde muchos están obsesionados con acumular seguidores y likes. Para lograrlo, no dudan en meterse en temas profundos que no comprenden, reduciéndolos a frases hechas o fórmulas mágicas. Y lo más preocupante es que muchas personas les creen.
Confían en estas promesas superficiales solo para descubrir, más tarde, que no funcionan. Esto no solo genera frustración, sino que también desacredita lo que realmente significa construir una marca.
Este artículo no pretende señalar culpables, sino invitarte a reflexionar. No creas todo lo que ves en redes sociales. Hay mucha información falsa, medias verdades e incluso auténticas locuras disfrazadas de consejos “profesionales”.
Entonces, ¿qué es realmente el branding?
El branding no es una tendencia pasajera ni algo superficial. No se trata de un logo atractivo, una paleta de colores bien elegida o un feed de Instagram que parece sacado de una revista.
El branding es una estrategia profunda y bien pensada. Es el proceso de estudiar una marca en su contexto actual, analizar su entorno y diseñar estrategias a mediano y largo plazo para llevarla a un lugar único y significativo.
El verdadero branding permite que una marca se exprese tal como es, con autenticidad y coherencia, añadiendo valor a su propósito y creando conexiones genuinas con su audiencia.
¿El resultado? Un camino sólido que lleva tiempo construir. No se trata de resolverlo en días o semanas; un proyecto de branding puede tomar meses. Requiere investigación, análisis, conceptualización, pruebas, y, sobre todo, compromiso.
No hay atajos en el branding.
Tu marca es uno de tus activos más valiosos. Protéjela. Dale el valor que merece y desconfía de las soluciones rápidas o superficiales. Antes de contratar a alguien, pregúntate:
- ¿Qué experiencia tiene realmente?
- ¿Qué proyectos ha desarrollado?
- ¿Tiene un portafolio que respalde su trabajo?
- ¿Ofrece un proceso claro y metodológico o solo frases atractivas en redes?
En el mundo del branding, se dice: “Quien tiene proyectos reales no tiene tiempo de estar posteando todo el tiempo”. Y es cierto: crear marcas sólidas demanda tiempo, enfoque, investigación y dedicación.
No existen fórmulas mágicas ni atajos. El branding se construye desde adentro, con metodología, paciencia y un profundo entendimiento de la marca y su audiencia.
La invitación a reflexionar.
«La próxima vez que alguien te prometa transformar tu marca de la noche a la mañana, detente y piensa. El branding no es un truco rápido, es un compromiso con el futuro. No se trata de parecer algo, sino de ser algo auténtico. Porque, al final, las personas no se dejan engañar por mucho tiempo.»
Cuenta tu historia, no la de otros. Construye algo auténtico, algo que realmente represente quién eres y lo que tu marca puede ofrecer al mundo. Porque tu marca merece más que atajos; merece expertos en el tema, autenticidad y propósito.
Escrito por Richard Jaspe.
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