Lo hechos.
El 19 de diciembre, Jaguar lanza en redes sociales su rebranding de marca, causando un total revuelo.
Un poco de historia.
Jaguar, una de las marcas más icónicas del mundo automotriz, tiene una historia que respira innovación y elegancia británica. Su origen se remonta a 1922, cuando William Lyons y William Walmsley fundaron Swallow Sidecar Company, dedicada inicialmente a la fabricación de sidecares para motocicletas (asientos laterales que se adosan a motocicletas y se apoyan en una rueda).
La verdadera transformación llegó en 1935 con el lanzamiento del modelo SS Jaguar, un nombre que evocaba velocidad, fuerza y agilidad, atributos del animal que representa la marca. Tras la Segunda Guerra Mundial, el nombre se simplificó a Jaguar para distanciarse de asociaciones no deseadas con las siglas «SS».
Fue entonces cuando la marca comenzó a diseñar autos deportivos que no solo destacaban en la pista, sino también en las calles. En 1948, el Jaguar XK120 rompió récords como el auto más rápido del mundo en su época, marcando el inicio de su prestigio global. Durante los años 50 y 60, Jaguar dominó las 24 Horas de Le Mans con sus icónicos modelos C-Type y D-Type, consolidándose como una fuerza imparable en las competencias automovilísticas.
En 1961, Jaguar presentó el legendario E-Type, considerado por Enzo Ferrari como «el auto más bello jamás fabricado». Este modelo capturó corazones y definió una era de lujo deportivo.
Hoy, Jaguar es propiedad de Tata Motors, una empresa india fundada en 1945 y dedicada a la fabricación de automóviles.
Hablemos de la marca.
Promesa de la marca:
Jaguar promete ofrecer una experiencia de conducción emocionante y sofisticada, combinando lujo, diseño icónico y tecnología avanzada. Cada vehículo es una expresión de elegancia y potencia, pensado para quienes buscan más que un auto: una obra de arte que despierte emociones.
Diferencial:
El diferencial de Jaguar radica en su capacidad para fusionar tradición y modernidad. Su herencia histórica está llena de innovaciones pioneras y logros automovilísticos, mientras que su apuesta por la electrificación, con modelos como el I-PACE, refleja su compromiso con el futuro. Esta mezcla de exclusividad clásica y tecnología visionaria la hace única.
Posicionamiento:
Jaguar se posiciona como una marca de lujo aspiracional, símbolo de sofisticación, rendimiento y diseño icónico. Apela a quienes buscan exclusividad y experiencias que trasciendan lo funcional, dejando una huella en cada interacción.
Público objetivo:
El público objetivo de Jaguar incluye personas de 35 a 60 años, exitosas y de nivel socioeconómico alto, como empresarios y ejecutivos. Valoran el lujo, el diseño exclusivo y la innovación tecnológica, buscando vehículos que reflejen su personalidad sofisticada. Prefieren marcas con legado y prestigio, y anhelan experiencias de conducción emocionantes con un enfoque sostenible.
Mi visión:
Este preámbulo contextualiza el legado y los valores de Jaguar. Sin embargo, la marca enfrenta desde hace años una pérdida de participación en el mercado y apuesta por reinventarse con una transición hacia autos eléctricos. En este contexto, han relanzado su rebranding, destacando un logotipo rediseñado con una tipografía más geométrica en caja baja.
Aunque el cambio ha generado críticas, como el supuesto desbalance en el espaciado de la letra «r» (un ajuste visual común en diseño), el cambio más audaz fue eliminar el emblema del jaguar del logotipo principal. Ahora, este emblema aparece como un elemento decorativo dentro del universo visual de la marca.
El relanzamiento incluyó un video promocional con un tono irreverente, alineado con el estilo del movimiento woke. Además, eliminaron todas las publicaciones de su Instagram, un gesto que simboliza un «borrón y cuenta nueva». Esta estrategia, aunque simbólica, es arriesgada: una marca con 102 años de legado parece abandonar su historia y a sus clientes leales para buscar nuevos mercados.
Jaguar, que alguna vez encarnó el arquetipo del villano elegante y sofisticado, ahora opta por una visión futurista que parece desconectada de lo que muchos consideran valioso: la tradición, la familia y los valores clásicos. Aunque la marca ha ganado exposición viral, sus acciones comenzaron a bajar, lo que plantea dudas sobre la efectividad de esta estrategia.
Es posible que el actual director de la marca, con inclinaciones pro-woke, tenga una visión sesgada del mercado, influenciada por sus preferencias personales. También podría ser que esta arriesgada estrategia sea el cambio radical que Jaguar necesita para mantener su relevancia y conquistar nuevos mercados.
Habrá que esperar al lanzamiento en Miami de su nuevo vehículo para evaluar la respuesta del público y entender si la apuesta funcionó. Por ahora, solo el tiempo dirá si Jaguar ha acertado con su rebranding o si este movimiento marcará una desconexión fatal entre su historia, sus valores y su público objetivo.
Escrito por Richard Jaspe.